El movimiento de Ciudades Educadoras se inicia en 1990 con motivo del I congreso Internacional de Ciudades Educadoras, que se celebró en Barcelona, “cuando un grupo de ciudades representadas por sus gobiernos locales planteó el objetivo común de trabajar conjuntamente en proyectos y actividades para mejorar la calidad de vida de los habitantes, a partir de su implicación activa en el uso y la evolución de la propia ciudad y de acuerdo con la carta aprobada de Ciudades Educadoras”.
Objetivos
- Promover el cumplimiento de los principios de la Carta de Ciudades Educadoras.
- Impulsar colaboraciones y acciones concretas entre las ciudades.
- Participar y cooperar activamente en proyectos e intercambios de experiencias con grupos e instituciones con intereses comunes.
- Profundizar en el discurso de Ciudades Educadoras y promover sus concreciones directas.
- Influir en el proceso de toma de decisiones de los gobiernos y de las instituciones internacionales en cuestiones de interés para las Ciudades Educadoras.
- Dialogar y colaborar con diferentes organismos nacionales e internacionales.
En 2017 en nuestra provincia únicamente están los municipios de Guadix, Maracena y Peligros.
Moción para la Inclusión de Granada en la red de Ciudades Educadoras
El conocimiento y la buena formación son la base del bienestar equilibrado de la sociedad y su auténtica perspectiva de futuro. La educación, la cultura, la ciencia y la investigación son la única garantía de un desarrollo sostenible y justo. En ellas se basa la efectiva innovación, que tiene a su vez una profunda dimensión social.
La posibilidad de acceso al derecho a la educación mediante un sistema público y el desarrollo cultural son la base de una sociedad equitativa, con igualdad de oportunidades y con posibilidades para lograr una verdadera calidad, que no se reduzca a determinados resultados en la adquisición de conocimientos, por otra parte imprescindibles. La empleabilidad y la preparación para el ejercicio profesional precisan de una formación consistente y versátil, pero no es un mero aprendizaje técnico. Se trata de derechos decisivos para el pleno ejercicio de la ciudadanía que han de garantizarse desde la primera infancia.
La ciudad tiene que desempeñar un papel decisivo en el ejercicio de este derecho a la educación, por cuanto es el lugar de desarrollo personal que cuenta con innumerables posibilidades educadoras, y donde también intervienen fuerzas e inercias deseducadoras.
Granada, como proyecto común de todos sus habitantes, no es un mero emplazamiento de instalaciones donde se enseña o se aprende, un lugar de estancia, sino que tiene que convertirse en una Ciudad Educadora, que promueva la inteligencia territorial para garantizar la adaptación de sus ciudadanos a un mundo complejo y competitivo.
En la búsqueda de este objetivo, es necesario dotarse de un Proyecto Educativo de Ciudad, que prevenga el absentismo y el abandono escolar, mejore las competencias básicas de la ciudadanía a favor de un entorno culto, solidario y sostenible, e impulse la educación de la ciudadanía para la igualdad, la solidaridad y la convivencia pacífica, entre otras acciones.
Ya existen iniciativas de instituciones y entidades, no conectadas, que comparten y pueden contribuir a estos objetivos mediante colaboración y cooperación. Constan contactos de la XXXXXX con el proyecto EducaCiudad, que figura entre las líneas de acción en el Plan de Éxito Educativo 2016-2020, que ha aprobado el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía el pasado mes de noviembre. De la misma forma pueden coordinarse otras experiencias que impulsan asociaciones locales en barriadas, y colectivos del sector del conocimiento.
Por todo lo anteriormente expuesto, el Grupo Socialista del Excelentísimo Ayuntamiento de Granada propone que esta Corporación apruebe el siguiente:
ACUERDO
1.- Elaborar un Plan Educativo de Ciudad, contando con la participación de la comunidad educativa local, de los grupos políticos representados en la Corporación Municipal y de las entidades que comparten los objetivos de Ciudad Educadora.
2.- Solicitar la incorporación de Granada a la Red de Ciudades Educadoras, creada por diferentes ayuntamientos en Barcelona, en 1990, y suscribir la Carta de este movimiento.
Ideas
La Carta de las Ciudades Educadoras señala una serie de principios que aportan claves para decidir cuáles serán los mimbres para el Proyecto Educativo de Ciudad:
- Derecho a la ciudad educadora.
- Educación en la diversidad, contra la discriminación y las desigualdades y a favor de vanguardias y la cultura popular.
- Diálogo intergeneracional.
- Justicia social, civismo democrático, calidad de vida y promoción de sus habitantes.
- Políticas eficaces y evaluadas.
- Políticas basadas en estudios sobre situación educativa y necesidades.
- Educación desde una identidad propia y compleja de ciudad.
- La importancia de la ordenación del espacio físico urbano.
- El fomento de la participación ciudadana.
- La gestión de los espacios, equipamientos y servicios públicos
- Educación para la calidad de vida.
- Reflexión y participación en el proyecto educativo explícito y el implícito en la estructura y el régimen de la ciudad.
- Formación y debate sobre el impacto de propuestas culturales, recreativas, informativas o publicitarias que reciben niños y jóvenes.
- Formación a las familias, los educadores y la ciudadanía.
- Formación para el empleo y la participación ciudadana.
- Ciudades contra la exclusión y la marginación.
- Actuaciones contra la desigualdad.
- Promoción del asociacionismo.
- Información y formación en TIC.
- Formación en valores y prácticas de ciudadanía democrática.
Ante estos veinte principios es la ciudad, liderada por su Ayuntamiento, quien establece qué actuaciones han de ser realizadas, a qué ritmo, cómo y por quién. Como afirma Marina Subirats, la Carta de las Ciudades Educadoras otorga “una gran libertad (a) las ciudades adherentes, que trabajan cada una a su ritmo y con sus posibilidades y dificultades propias” porque el sentido del movimiento de las Ciudades Educadoras es que “la ciudad educadora acoge y considera cualquier necesidad de aprendizaje, de transmisión de cultura, de participación y trata de atenderla a través de los medios que, como ciudad, contiene.”
En esta línea, hace unos años la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía presentó una propuesta, llamada EducaCiudad, donde se indican cuatro fases de trabajo para la creación de un Proyecto Educativo de Ciudad:
- Fase de Diseño
-
- Diagnóstico de la situación de partida de la localidad, que determine la elección de líneas de actuación prioritarias para el municipio, en el que se reflejará:
-
- Características del entorno
- Análisis de la situación de partida
- Actuaciones y experiencias significativas, si las hubiere,
llevadas a cabo.
- Fase de diseminación de la necesidad del Proyecto Educativo de Ciudad (PEC)
- Implicación de la comunidad en la elaboración
- Estructura participativa. Redes de colaboración
- Recogida de propuestas de los colectivos implicados
- Fase de Desarrollo
- Priorización de las propuestas
- Medidas y Actuaciones a realizar
- Temporalización
- Personas o colectivos responsables
- Seguimiento y evaluación de las mismas: establecimiento de indicadores de evaluación
- Fase de Evaluación Anual
- Memoria de avance
- Análisis de las mejoras alcanzadas
- Impacto producido y logros alcanzados
- Propuestas de mejoras
- Continuidad del PEC
En este sentido el papel del Ayuntamiento es decisivo. El ayuntamiento ha de ser “constructor de una red de actores y complicidades que es la que aporta realmente los recursos, más en términos de recursos humanos e infraestructura que de recursos económicos”, para después “establecer un plan de trabajo conjunto a partir de la red de colaboradores”. Es decir, aspiramos a un Ayuntamiento que ejerza un liderazgo que empodere a sus ciudadanos y que los capacite para asumir la responsabilidad de la vida adulta en toda su plenitud, haciéndoles co-partícipes de la gestión de la propia ciudad, cada uno desde su ámbito de responsabilidad.
Actuaciones
1) La ciudad debe contar con un Proyecto Educativo de Ciudad (PEC), en la misma medida que siempre es deseable que los centros educativos cuenten con un Plan Educativo de Entorno. De esta forma, la Ciudad Educadora trasciende a su propio ayuntamiento y la oferta educativa que puede que este esté realizando de cara a los centros escolares de la localidad. El PEC no es para menores, es para todos los habitantes de una localidad y aspira a convertirse en una herramienta para el aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida.
2) La Ciudad Educadora debe ser colaborativa y participativa, y no panóptica. El objetivo no es que el Ayuntamiento controle todas las actuaciones posibles a realizar en una ciudad durante un período de tiempo determinado como si fuera un simple catálogo de servicios, sino que cree un marco de posibilidades para que la sociedad civil, las instituciones de la política y la iniciativa privada y mercantil puedan desarrollar actuaciones educativas, que serán coordinadas para potenciar su impacto y su utilidad.
3) La Ciudad Educadora es un juego de equilibrios que busca promover la identidad de la ciudad y sus habitantes al mismo tiempo que promueve la innovación y la transformación.
Es preciso realizar el mapeo de las necesidades educativas transversales para toda la ciudadanía y el análisis de las evidencias y los datos con los cuales se pueden establecer objetivos estratégicos relevantes para la cuidad. A partir de aquí será necesaria la definición de actuaciones concretas, el establecimiento de un calendario, la búsqueda de recursos y la definición de los mecanismos de evaluación que se utilizarán, finalmente, para valorar el impacto del PEC y considerar su éxito o las mejoras que sean necesario.
Se trata de una propuesta basada en los siguientes artículos de Fernando Trujillo: Algeciras, ciudad educadora y Notas para el diseño de un proyecto educativo de ciudad: el caso de Algeciras.