El jueves 1 de junio participé como ponente invitado en las Jornadas
Mi intervención se tituló “La transformación digital: innovación y comunicación en la empresa”. Una revisión global a lo largo de una hora acerca del actual panorama económico dominado en buena medida por los cambios tecnológicos. Esbozo cómo hemos llegado hasta aquí con el fin de entender el calado de las transformaciones a lo largo de los últimos 17 años. Nos remontamos al año 2000 cuando las pequeñas y medianas empresas asistieron, principalmente desde la barrera, al fenómenos de las empresas puntocom. Desde ese momento hasta ahora han cambiado muchos factores creando un mercado maduro que solo en Europa ha pasado de 100 a 600 millones de usuarios conectados en solo 15 años. Usuarios de Internet que en España ya emplean el teléfono móvil como principal dispositivo para conectarse a la red, estando su grado de penetración por encima del 90%.
Buena parte de las transformaciones que aún están pendientes en las empresas responden en la misma medida tanto a la incorporación de tecnología como al cambio en la cultura de trabajo y de liderazgo, hacia entornos más centrados en la innovación, el aprendizaje y el conocimiento. Principios de colaboración, de flexibilidad, de proactividad, que es necesario activar para sacar el máximo partido a entornos abundantes en información y altamente dinámicos. Metodologías de innovación como Design Thinking o Lean Startup, con claros puntos en común: la orientación al usuario final, el aprendizaje continuo, el reconocimiento de que los procesos son iterativos y no lineales, persiguiendo una aproximación progresiva hacia un resultado cada vez mejor.
A todo esto hay que sumar el desarrollo imparable de una economía cuyo valor diferencial está en los datos, una economía que intenta adaptarse a la denominada cuarta revolución, posibilitada por las tecnologías digitales, por la sensorización de los diversos sistemas físicos y su conexión a Internet, por la posibilidad de desarrollar productos de forma cada vez más veloz a través de tecnologías como la impresión 3D. Una sociedad digital que se enfrenta a retos como el de la privacidad, la ciberseguridad, o el surgimiento de nuevas formas de ordenación de la actividad empresarial a través de esa caja negra que denominamos ampliamente “economía colaborativa” y que esconde fenómenos de naturaleza claramente diversa.
Finalmente es preciso hacer una llamada a que cualquier transformación organizacional debe bajar o, mejor dicho, empezar por el nivel individual, repensando nuestras formas de aprender, nuestra identidad digital, el modo en que los demás nos ven a través de Internet.