En un artículo
En este caso me gustaría fijarme en el caso de España, país situado en el décimo noveno lugar del ranking.
Lo primero que llama la atención es la dispersión en cuanto a su posición en las diversas categorías. Mientras que en Cultura (puesto 23), Orden mundial (24), Planeta y clima (24) se mantienen próximos a la posición que ocupa el país en su conjunto (puesto 19), llama poderosamente la atención como en Salud y bienestar (1) ocupa el primer lugar y en Paz internacional y seguridad (120 de 125), prácticamente el último. En Ciencia y tecnología (37) y Prosperidad e igualdad (49) se sitúa también claramente por debajo de lo esperado. Con estos datos, si elimináramos la categoría Salud y bienestar es probable que el país descendiera al menos 20 posiciones en el ranking. Hago un repaso por los criterios más interesantes de las diversas categorías.
Salud y bienestar (puesto 1)
España ocupa la primera posición en esta categoría, seguida de Holanda, Bélgica, Canadá y Dinamarca. Los indicadores que la componen son:
- Ayuda alimentaria.
- Exportaciones farmacéuticas.
- Exceso voluntario en donaciones a las Organización Mundial de la Salud.
- Donaciones de ayuda humanitaria.
- Decomiso de droga.
Si comparamos los resultados en relación con los otros países, donde España sobresale es en el último criterio. Seguramente la posición geográfica de España para la entrada de drogas en Europa proporciona mayores oportunidades de sobresalir en este indicador.
Paz internacional y seguridad (puesto 120)
En esta categoría España ocupa una de las últimas posiciones, solamente superada por República Checa, Azerbaiyán, Hungría, Letonia y Lituania. Los primeros puestos sin embargo indican que se trata de una clasificación controvertida, ya que está liderada por Egipto. Todo se explica por los indicadores que se emplean:
- Fuerzas de paz en conflictos internacionales.
- Atrasos pendientes en el presupuesto de Naciones Unidas para fuerzas de paz.
- Bajas causadas en conflictos internacionales.
- Exportaciones de armas.
- Seguridad en Internet.
España puntúa de forma particularmente negativa en las dos últimas categorías.
Otras categorías
En Ciencia y Tecnología (37), España puntúa de forma negativa en relación a la media en el número de estudiantes internacionales que estudian en el país. El resto de criterios, en los que se puntúa positivamente se refieren a número de patentes, de publicaciones de artículos científicos, exportaciones de publicaciones (por ejemplo, revistas) y premios Nobel.
En Orden mundial (24), se puntúa negativamente en las donaciones de particulares a ONGs (charity giving) y en el número de refugiados que el país acoge.
En Planeta y clima (24) el indicador negativo que penaliza la posición del país se denomina Biocapacity reserve.
Finalmente, dentro de la categoría Prosperidad e igualdad (49) el indicador que muestra un desempeño particularmente negativo es el tamaño del mercado de comercio justo.
Sin duda, como reconocen los autores del índice, los indicadores empleados pueden ser objeto de discusión. También se podría argumentar a favor de la ponderación de los mismos, si bien esto abre la puerta a otras subjetividades. En cualquier caso, el “Good Country Index” no deja de ser una invitación a reflexionar sobre el papel de los países en el mundo cambiando el foco desde una perspectiva interna al impacto que tienen las acciones de los mismos en el resto del mundo.