Hoy he tenido oportunidad de participar en el Encuentro Andaluz de Presupuestos Participativos celebrado en Peligros, un municipio que, sin duda, ha hecho de la participación ciudadana y, en concreto, de los presupuestos participativos uno de los ejes clave de su gestión.
La participación ciudadana puede tomar muchas formas siendo esta quizá la más popular. Se trata de una oportunidad única e impostergable de profundizar en la democracia y en el compromiso de la ciudadanía en la búsqueda del bien común.
El gran reto de la participación es que sea una estrategia de gobernanza transversal. Hoy nos contaban el caso de municipios que han estado realizando presupuestos participativos con gobiernos que van desde el PP a PSOE, pasando por Podemos. Ese es el verdadero éxito de una práctica que debe convertirse en hábito ciudadano e institucional. Tenemos muchos retos por delante en cuanto a participación, por ejemplo, ligarla a procesos de innovación (innovación pública, innovación ciudadana, innovación abierta), ensayarla en instituciones donde aún no se ha experimentado (por ejemplo, ensayar presupuestos participativos en la universidad o en escuelas), convertirla en un eje transversal del municipalismo en Granada (con múltiples aplicaciones: planes estratégicos, resignificar fiestas como el Día de la Cruz, educar a los más jóvenes, implicar a los más mayores…). Muchos retos. Hace falta conciliar demandas ciudadanas y liderazgos políticos.