Ayer me sorprendía y consternaba la noticia del fallecimiento de Francisco Muñoz Muñoz, profesor del
No me podría considerar amigo de Paco, apenas si lo había visto a lo largo de los últimos años; sin embargo sentía por el un fraterno aprecio y una gran estima. Todo se remonta al 2006 cuando lo conocí a través de Antonio Zugaldía. Yo me empezaba a labrar un incierto futuro vinculado a la universidad y Antonio se movía en la creación de Gcubo, asociación de usuarios GNU/Linux de Granada. Paco fue desde el primer momento un complice en esta aventura constituyéndose la asociación en la sede del Instituto para la Paz y los Conflictos, en el Centro de Documentación Científica, situado en la calle Rector López Argüeta. Así sigue figurando a día de hoy en su Facebook.
Paco Muñoz estaba entre los socios promotores de Gcubo, siendo así uno de los facilitadores improbables y tangenciales del desarrollo del movimiento de software libre en Granada del que ahora surge la Oficina de Software Libre o empresas que como SI2 o Codeko.
Esta es la histórica fotografía de la constitución de Gcubo.
A lo largo de los años siguió atentamente las actividades de GrinUGR, mandándome correos cuando no podía asistir o animándome a seguir con el proyecto. Paco se inscribió en las Jornadas de Ciencias Sociales y Humanidades Digitales y en el THATCamp que organizamos el pasado diciembre. También intercambiamos algún que otro comentario en blogs, como este de 201o en el que me animaba a seguir corriendo, una de sus grandes aficiones:
Me alegro que hayas decidido correr, te aconsejo que lo hagas poco a poco, que disfrutes de cada paso, de tus sensaciones, de los paisajes. Hoy mismo voy a salir a correr por el Llano de la Perdiz, con un colega que está mucho mejor que yo, pero que acepta mis limitaciones, que cada día son mas. La edad y las goteras me van pasando factura, pero no hay problema, tengo asumidas mis limitaciones y siempre intento hacer lo que puedo.
A ver si coincidimos y corremos juntos, tanto mis colegas como yo estamos acostumbrados solidariamente a acomodarnos a los distintos ritmos (para empezar los míos) no corremos para competir, sino para disfrutar. Un abrazo.
Nunca llegamos a hacerlo. También el azar hizo que cruzáramos nuestros caminos en Culiacán (México) donde él participaba en proyectos de investigación y donde yo iba por asuntos familiares. La última vez que hablamos fue hace menos de un año charlamos en una reunión que convocó la nueva Escuela de Posgrado.
Y hasta el 30 de septiembre. Hace menos de un mes. Ese día yo participaba junto a Jordi Adell en una mesa redonda en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Convocamos el acto a través de GrinUGR. Una vez sentado en la mesa me di cuenta que Paco estaba en la sala. Me llevé una gran alegría ya que no es frecuente encontrar tiempo para asistir a los muchos actos que organizamos en el entorno universitario. Tomé la foto que preside este memorial. Él se levantó antes de que acabara el debate, al salir me sonrió. Me hubiera gustado hablar con él. Uno nunca sabe cuando puede ser la última ocasión.
Acabo utilizando su firma y deseándole sol, montaña y paz, tanta como cultivó, toda la que deja en nuestra memoria.
SI A LA PAZ, NO A LAS GUERRAS.
Abrazos perdurables, justos, pacíficos y cariñosos.