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Neutralidad en la red: la situación en Estados Unidos y en Europa (y II)

Aprovechando mi reciente intervención en el programa Siglo 21 de Radio 3 acerca de la Neutralidad en la red, he elaborado unas notas sobre el tema que desgloso en este artículo y en una publicación anterior.

¿Qué ha pasado en Estados Unidos?

El pasado 14 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (la FCC según sus siglas en inglés) aprobó un documento que acaba con la neutralidad de la red tal y como se había consagrado en diversos momentos: primero con la legislación pro-neutralidad impulsada George W. Bush y posteriormente con las medidas adoptadas por Obama.

Se trata de la aprobación de un proyecto presentado por el presidente de la Comisión Federal de las Comunicaciones, Ajit Pai, conocido como “Restauración del orden de la libertad en Internet”, que ha sido aprobado por una mayoría de tres votos a dos. El plan elimina las protecciones aprobadas por la misma comisión en 2015 bajo el mandato de Barack Obama, permitiendo a la larga poner paredes al espacio libre de Internet. A partir del día 14 las empresas proveedoras de servicios de Internet de Estados Unidos abandonan la Categoría II de Servicio de Telecomunicaciones para volver a la Categoría I, consideradas como un Servicio de Información. Esto implica que dejan de ser servicios públicos (como la línea telefónica), una infraestructura sujeta a obligaciones, restricciones y responsabilidades especiales, controlada por la FCC. Frente a ello, los servicios de Información, son servicios comerciales, con la misma consideración que empresas como Google o Facebook.

Todo esto se ha hecho contra el deseo expreso del 83% de los estadounidenses y con interferencias como los 22 millones de comentarios públicos en contra de la Neutralidad de la Red recibidos por la FCC, en su inmensa mayoría una campaña de bots.

Resistencias

Hay potentes movimientos en contra. Por ejemplo, la organización ‘Battle for the Net‘, que lucha por preservar la neutralidad de Internet en Estados Unidos, cuenta con el respaldo de compañías como Google, Facebook o Amazon, entre otras. Ya el pasado 12 de julio se llevó a cabo una gran movilización que contó con el apoyo de numerosas empresas y personalidades (entre otras, Mark Zuckerberg, Pearl Jam, Wilco, Wil Wheaton, Tim Robbins o Tim Berners-Lee).

Actualmente siguen vías abiertas de actuación en el Congreso de Estados Unidos y en los tribunales, con demandas contra la FCC.

¿Qué consecuencias puede tener este movimiento contra la neutralidad de la red?

En principio, se puede decir que las nuevas relaciones que se establezcan entre usuarios y proveedores de Internet se generarán en marco injusto y viciado por el mercado, los poderes económicos y los intereses políticos. Desaparecen dos mercados separados: el de los proveedores de acceso y el de los proveedores de contenidos.

Entre las posibles consecuencias, podemos mencionar las siguientes:

  1. Los proveedores de telecomunicaciones de los EEUU (Comcast, Verizon y AT&T) podrán bloquear contenido, ralentizar servicios y establecer un Internet de dos velocidades. Los proveedores de Internet podrán elegir qué servicios quieren ofrecer y cómo, quedando el usuario a merced de una oferta limitada o, al menos, condicionada.
  2. Proliferación de servicios de zero rating (actualmente permitidos en le UE por un vacío legal): servicios donde el proveedor de Internet ofrece un “paquete” con un coste muy por debajo del mercado o sin coste para determinados servicios.
  3. Previsible prohibición de BitTorrent, el programa para descargar archivos a través de P2P (peer to peer). Baste recordar el caso Comcast en 2008.

La cuestión cobra aún mayor importancia ante la eclosión del Internet de las Cosas, con miles de dispositivos conectados a Internet.

Recojo para finalizar las declaraciones de y de Tim Berners-Lee, al respeto. Ambas muy significativas de la gravedad del problema.

Declaraciones de Enrique Dans:

“Pocos se darán cuenta, pero la innovación en la red habrá oficialmente desaparecido como tal, porque las posibilidades de crear algo de manera independiente y de que crezca por su valía habrán desaparecido: sin un acuerdo con una operadora, no se podrá llegar a los usuarios, y se convertirá en normal que esas operadoras, si no quieren llegar a ningún acuerdo, se dediquen a crear sus propios servicios y a ofrecerlos gratuitamente para ahogar las posibilidades de las compañías que no estén bajo su control o incluidas en sus acuerdos.

Los grandes perjudicados no serán Netflix, ni Google, ni Facebook, ni Amazon… esos gigantes pueden, a día de hoy, pagar cualquier impuesto revolucionario que las operadoras les demanden.”

Declaraciones de Tim Berners-Lee:

“Quiero una internet en la que los emprendimientos de contenido crezcan según su calidad, no su capacidad de pagar para ir por el carril rápido. Quiero una internet en la que las ideas se propaguen porque son inspiradoras, no porque acuerdan con las opiniones de los ejecutivos de las empresas de telecomunicación. Quiero una internet en la que los consumidores decidan qué tiene éxito en línea, y en la que los ISPs se concentren en proveer la mejor conectividad posible.”

¿Cómo nos afecta en Europa?

El cambio producido en Estados Unidos no tiene un efecto directo en la Unión Europea. De hecho, la regulación en la Unión actualmente protege, con algunas lagunas, la neutralidad de la red. El Reglamento (UE) 2015/2120 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2015 por el que se establecen medidas en relación con el acceso a una internet abierta establece literalmente que:

“Los proveedores de servicios de acceso a internet tratarán todo el tráfico de manera equitativa cuando presten servicios de acceso a internet, sin discriminación, restricción o interferencia, e independientemente del emisor y el receptor, el contenido al que se accede o que se distribuye, las aplicaciones o servicios utilizados o prestados, o el equipo terminal empleado.”

Se contemplan algunas excepciones a este mandato: 1) cuando sea preciso cumplir los actos legislativos de la Unión o la legislación nacional; 2) para preservar la integridad y la seguridad de la red; y 3) con el fin de evitar una inminente congestión de la red y mitigar los efectos de congestiones de la red excepcionales o temporales, siempre que categorías equivalentes de tráfico se traten de manera equitativa.

La UE cuenta también con una serie de directrices emitidas por el Organismo de Reguladores Europeos de Comunicaciones Electrónicas (Berec), que favorecen que Internet siga siendo neutral como garantizar a los usuarios “acceder y distribuir libremente la información y el contenido, ejecutar aplicaciones y utilizar los servicios que elijan”. También a lo largo de los últimos años ha habido movimiento a favor de preservar la neutralidad de la red, como el encabezado por “Save the Internet“.

La destrucción de las normas de neutralidad de la red en Estados Unidos incentivará a que las compañías de otros países pretendan hacer lo propio. a pesar de disponer de una regulación diferente, grandes cantidades de tráfico se intercambian diariamente con proveedores estadounidenses por lo que habría un efecto indirecto de gran importancia.

Como apuntaba anteriormente, existe una laguna legal en Europa, conocida como ‘zero rating’, mediante el que las operadoras pueden excluir ciertas aplicaciones de consumo de datos de la tarifa mensual tras un acuerdo con la aplicación. Un ejemplo de esto en nuestro país son las ofertas de Vodafone Pass. También podemos observar el caso de Portugal.

Vodafone Pass

Es fundamental concienciar a la ciudadanía de que el tema de la neutralidad en la red constituye un grave problema que nos afecta a todos. Debemos concebir Internet como un verdadero espacio para el desarrollo personal, social y político. Un nuevo espacio de ciudadanía.

Ideas finales

Acabo con unas ideas finales. La neutralidad de la red nos recuerda la materialidad de la red, de los cables, de sus máquinas…, más allá de los contenidos y los gigantes como Google, Facebook, etc. Nos encontramos ante una guerra comercial entre multinacionales en las que las operadoras quieren llevarse parte del pastel de las proveedoras de contenidos. Todo ello puede acabar redundando en un concentración de la oferta y consecuentemente en una menor diversidad en la red.

No todo es problema de la neutralidad de la red. Actualmente la variedad de páginas que visitamos en Internet se ha empobrecido. Pasamos grandes cantidades de tiempo en redes sociales de diverso tipo. Os invito a hacer un pequeño acto de rebeldía: visitad una página al azar que no soláis visitar y redescubrid la maravillosa pluralidad de Internet.

Fotografía de portada: “Cracked” por Jeff Kubina con licencia CC by.

 

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Esteban Romero Frías

Catedrático de la Universidad de Granada. Vicerrector de Innovación Social, Empleabilidad y Emprendimiento. Innovando desde MediaLab UGR. Transformando desde ReDigital.