Del 24 al 27 de agosto tuve la oportunidad de participar en la undécima edición del curso
El curso cuenta con un menú muy diverso a la par que equilibrado: poesía acompañada de buenos caldos, paseos por la naturaleza y aguas milenarias, humanidades digitales salpimentadas con física cuántica, nutrición y el descubrimiento de las fuentes de nuestra tierra, gamificación y poliorcética, salud y cine. Unas sesiones que transcurren al aire libre en el Rincón de los Poetas, un entorno natural poblado de cursillistas y «bañistas» embutidos en sus albornoces verdes.
Cada día tiene su baño en esta cita cultural que deja espacio para los goces del alma y del cuerpo. En definitiva una experiencia que me encantaría repetir y en la que os animo a participar.
A pesar de que la vuelta al trabajo ha sido intensa, compruebo que fácilmente me dejo contagiar del relax del Hotel-Balneario de Lanjarón en el que tan buena acogida prestan sus responsables, Luis y Vio. Tal es así que casi olvido reseñar la presentación que tuve el gusto de realizar titulada: «Humanidades Digitales. Humanismo, crisis, tecnología». Agradezco a todos aquellos que tuvisteis la paciencia de escucharme y conversar estos días.
Finalizo aprovechando para dejar constancia de mi satisfacción por tener entre el público a mi admirado Antonio Carvajal, de quien pude disfrutar unas breves pero inolvidables clases de métrica allá por el año 1998 ó 1999. Prometo si volvemos a cruzarnos el próximo año a llevar unos versos. Quien sabe si este encuentro me servirá para recuperar mi olvidada vocación literaria.